Los rayos del sol nos dan una buena inyección de energía, ayudan a sintetizar la vitamina D y a reducir el estrés, pero en exceso pueden tener graves consecuencias. Toma nota de qué hacer a continuación
Deshidratación, quemaduras, imperfecciones, arrugas o acné son algunos de los posibles
consecuencias de la exposición al sol. Una combinación de nuevos cosméticos, nutrición adecuada y pequeños trucos dejará tu piel como nueva.
Los rayos del sol nos dan un buen impulso energético, ayudan a sintetizar la vitamina D y reducen el estrés, pero en exceso pueden tener graves consecuencias. De la misma forma que preparas tu piel con protectores solares seguros antes de tomar el sol, después de la exposición también debes prestarle mucha atención. Toma nota de todo lo que necesites hacer.
Hidrata continuamente
Hidratar la piel es clave para repararla y evitar que se pele. Para ello es importante utilizar siempre un buen aftersun durante los días de exposición solar y una buena crema (o aceite) hidratante el resto de las vacaciones. ¿Cuáles van bien? Los que contienen aloe vera, aceite de rosa mosqueta, urea, ácido hialurónico, coenzima Q10 …
Exfolia suavemente
El sol afecta nuestra piel de la siguiente manera: la adelgaza, la irrita y la vuelve más sensible y seca. Entonces, la exfoliación inmediata después de la exposición al sol solo haría más daño. Mejor deja pasar un par de días y cuando notes que tu piel está totalmente recuperada exfolia, pero siempre de noche y usando productos suaves que no la hagan más sensible. Para las duchas, use un gel o aceite limpiador que no contenga sulfatos. Extiéndalo con la mano (el roce de la esponja puede irritar más) y enjuague con agua fresca.
¿Limpieza? Exhaustivo
Al tradicional ritual de la ducha nada más subir de la playa o de la piscina hay que añadir un paso fundamental: limpiar la piel del rostro, para eliminar los restos de cremas solares, salitre y cloro. La mejor forma de hacerlo es con un agua micelar ya que, además de realizar una función calmante, ayuda a limpiar suavemente la piel.
Apueste por una cura de choque
Aplica una mascarilla una vez a la semana para devolver la luminosidad a tu rostro y combatir posibles imperfecciones. ¿Tus mejores aliados? Los de velo están hechos de celulosa biológica y contienen una gran cantidad de principios. principios activos, como colágeno, elastina, ácido hialurónico, caviar, perlas … Todo lo que tienes que hacer es colocarte la mascarilla en el rostro y dejar actuar durante 20 minutos.
Agrega un plus de vitamina C
Contiene propiedades antioxidantes que ayudan a contrarrestar el daño celular causado por los radicales libres debido a la exposición al sol. Además, también contribuye a la curación de quemaduras y es clave en la síntesis de colágeno, proteína clave para mantener la piel joven, tersa y luminosa. Pero hay un pero, no es cualquiera: su composición debe estar siempre entre un 10% y un 20% de vitamina C pura para poder apreciar sus beneficios. Elígelo como sérum y aplica unas gotas antes de usar tu protector solar.
Mantenga a raya las espinillas
Si tienes una piel propensa al acné, tu ingrediente mágico a partir de ahora es el ácido salicílico, ya que elimina las capas de células muertas y es capaz de penetrar los poros obstruidos. Eso sí, es mejor empezar a aplicarlo con menos frecuencia y con el paso de las semanas su uso aumenta un poco.