El 35% de las mujeres experimentarán un episodio de cistitis al menos una vez en su vida. Las relaciones sexuales, los hábitos diarios y la alimentación influyen de forma decisiva en su desarrollo.
Una necesidad persistente de orinar y ardor al hacerlo son dos de los principales síntomas que indican que puedes estar sufriendo de cistitis. ¿Pero sabes lo que es? Es una infección que afecta al tracto urinario y es causada por bacterias que se adhieren a las paredes de la parte inferior del tracto. Esta infección es muy común y fácil de curar, sin embargo, si no se trata adecuadamente, puede extenderse a los riñones y convertirse en un problema de salud más grave de lo que cree.
¿Por qué nos afecta más a las mujeres?
La respuesta es simple: la uretra, que transporta la orina desde la vejiga hacia el exterior, es más corta en las mujeres que en los hombres, lo que la hace más vulnerable. Además, si durante las relaciones sexuales no se toman las precauciones pertinentes (sin protección o sin la higiene adecuada) también puede aumentar el riesgo de desarrollar una infección urinaria. Esto se debe a que durante las relaciones sexuales es más fácil que las bacterias de la vagina entren por la abertura de la uretra, ya que está cerca.
¿Qué síntomas lo delatan?
Además de ardor o dolor al inicio o al final de la micción, también es muy común un aumento en el número de veces que se va al baño, pero con poca orina. Un olor desagradable o la aparición de sangre son otros signos característicos de que algo anda mal.
¿Cómo se puede prevenir y controlar?
Bebe mucha agua
En condiciones normales es necesario beber entre 1,5 y 2 litros de agua todos los días (incluidos los niños). Las mujeres embarazadas deben beber de 2,5 a 3 litros por día, ya que experimentan una retención considerable de agua y sodio. Si te cuesta mucho puedes recurrir a las infusiones, te ayudarán a conseguir la ingesta diaria indicada y a evitar el estreñimiento, que también contribuye a la acumulación de bacterias en el colon que facilitan las infecciones.
La limpieza es fundamental
Una limpieza a fondo de la zona genital y rectal después de ir al baño es fundamental. Siempre es necesario limpiar de adelante hacia atrás, para evitar la contaminación de la zona uretral con gérmenes que puedan estar cerca del ano. También reemplazar el baño con la ducha diaria puede ser una buena opción.
Ir al baño con frecuencia
Las mujeres sexualmente activas que también padecen infecciones urinarias recurrentes, siempre deben orinar inmediatamente después del coito, ya que este simple gesto se utiliza para eliminar la orina contaminada.
Sin ropa ajustada
Se debe evitar la ropa interior muy ajustada y las telas sintéticas. El más indicado para evitar las cistitis repetidas es el algodón. Cuando las infecciones están relacionadas con la menstruación, también puede intentar cambiar el tipo de toallas sanitarias utilizadas.
Cuida (mucho) el pH
Las bacterias en el área vaginal tienen un pH óptimo para el crecimiento alrededor de 7. Cualquier cosa que aumente el pH ácido de la vagina promoverá el crecimiento de gérmenes. Por tanto, el uso de jabones inadecuados favorece la alteración del pH vaginal y, en consecuencia, el crecimiento bacteriano. Lo mismo sucede en la orina, si hay una acidez de 6 o superior habrá una mayor probabilidad de crecimiento bacteriano. Para reducir esta acidez, lo mejor es consumir alimentos que bajen el pH, como frutas cítricas (especialmente limón) o arándanos.
No pueden faltar en tu dieta
Arándanos: Su riqueza en taninos, quercetina y vitamina C ayuda a evitar que las bacterias se adhieran a las mucosas del tracto urinario. Además, esta fruta es un desintoxicante natural que fortalece el funcionamiento de los riñones.
Cebolla: Es una fuente de flavonoides, especialmente uno llamado quercetina, que protege órganos como los riñones y el corazón. Pero no solo eso, la cebolla también regula el metabolismo y ayuda a eliminar toxinas.
Fresas: Sus enzimas ayudan a combatir las infecciones, estimulan la digestión y reducen el riesgo de cálculos renales. ¿Más? Las fresas también tienen un gran efecto
saciante.
Rábanos: Son uno de los alimentos antibióticos más poderosos. Su consumo crudo ayuda a combatir infecciones. Pero, lo más importante es que también son diuréticos, lo que significa que favorece la expulsión de los invasores a través de la orina.