A pesar de ser uno de los animales marinos más raros del mundo, su existencia se conoce desde hace más de 100 años. Ya en 1882 fueron descritos por primera vez por el zoólogo sueco Hjalmar Theel, que estaba a bordo de la expedición de investigación británica HMS Challenger.
La apariencia física del cerdo marino.
Un cerdo marino común puede medir entre 5 y 20 centímetros y es regordete y de color rosa, una apariencia que precisamente se ha ganado su nombre. Además, tiene una serie de entre 5 y 7 pares de patas alargadas en forma de tubo que, como característica especial, se pueden inflar y desinflar hidráulicamente.
En la parte superior de la cabeza, el cerdo marino tiene pequeñas antenas que, curiosamente, ayudan a que sea impulsado por las corrientes oceánicas, aunque son los pares de patas anteriores los que le permiten moverse. Pero estas antenas también sirven como un sensor químico para detectar alimentos frescos a su alrededor.
¿Cuál es la comida del cerdo marino?
El alimento principal para los cerdos marinos son las partículas orgánicas que provienen de la descomposición de otros organismos. También pueden alimentarse de algunos animales muertos, especialmente ballenas, que caen al fondo del mar. Para tomar comida, usan pequeños tentáculos en la boca.
Una de las muchas rarezas del cerdo marino es que, a pesar de habitar todos los océanos del mundo, vive a una profundidad de alrededor de 3.000 a 5.000 metros. Es, por lo tanto, un animal de aguas profundas, especialmente abundante en las llanuras abisales de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico.
En general, tienden a reunirse en grandes cantidades alrededor de aquellos lugares que tienen muchos recursos alimenticios. Lo más curioso del caso es que todos ellos siempre van en la misma dirección, la que es contraria a la corriente predominante. De esta manera, pueden detectar mejor los alimentos.