El director para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hans Kluge, ha advertido de las consecuencias de la pandemia provocada por el COVID-19 en la detección y tratamiento de otras enfermedades y ha apuntado un potencial aumento de la mortalidad por este motivo.
«En los próximos años, muchos países registrarán un aumento del 10 por ciento en la mortalidad por cáncer de mama y del 15 por ciento en el cáncer colorrectal», dijo el experto, que ha insistido en este «daño colateral inaceptable» de la alerta sanitaria que aún afecta a la mundo.
Kluge ha participado en el webinar de la Cátedra de Cronicidad de la Universidad de Santiago de Compostela, en el que ha abordado los efectos y consecuencias del coronavirus y las restricciones implementadas para controlar el COVID, con una conclusión clave: “El confinamiento aplastó los virus, pero también personas ”.
El aplazamiento de citas y pruebas ha afectado a la atención de enfermedades crónicas, un tema que preocupa al director de la OMS para Europa. El experto insistió en que estas víctimas no habían fallecido con un adecuado «seguimiento y detección temprana de cánceres curables».
FACTORES DE RIESGO
De hecho, Europa ya era la región más afectada del mundo por enfermedades crónicas (cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes), la principal causa de muerte y discapacidad. “El 80% de las muertes por esta causa y más de dos tercios de las enfermedades de este tipo en todo el mundo se producen en la región europea de la OMS, lo que es muy significativo”.
Estas enfermedades crónicas se asocian, según ha añadido, a «factores de riesgo conductuales», como «el tabaquismo, el sedentarismo, las dietas poco saludables y, por supuesto, el consumo nocivo de alcohol», además de afectar más a los grupos socioeconómicos menos favorecidos y a los hombres, «algo que también sucede con COVID-19».
Por otro lado, Kluge ha señalado «evidencia» de que estas enfermedades «empeoran con el estrés y los cambios en los comportamientos normales y saludables». «En nuestra región, que engloba a más de 53 países miembros, 7 de cada 10 han informado de alteraciones parciales o totales en los servicios de hipertensión y monitorización y más de la mitad de alteraciones en las áreas de atención de la diabetes». PREVENCIÓN
Finalmente, ha pedido a los diferentes territorios que no abandonen la prevención y manejo de enfermedades crónicas en este momento y ha instado a aprender de las lecciones de la pandemia.
“Necesitamos sistemas de salud sólidos que permitan mejorar la salud y que deben basarse en los servicios de atención primaria”, consideró, buscando también “una relación recíproca entre salud y economía, entre vida y sustento”, concluyó.