Entre los 655 participantes que caminaron menos de 4,000 pasos por día (menos de aproximadamente 3 kilómetros), la tasa de mortalidad anual fue 76 personas por mil. Pero entre las 1,727 personas que lograron tomar entre 4,000 y 8,000 pasos al día, la tasa de mortalidad se desplomó a 21,4 personas por mil.
La mejora fue aún más significativa entre las 1,539 personas que tomaron 8,000 a 12,000 pasos. En este grupo, la tasa de mortalidad anual fue apenas 6.9 personas por 1,000. Las personas que tomaron más de 12,000 pasos al día tuvieron una tasa de mortalidad de 4.8 personas por 1,000.
Los participantes en esta investigación, todos mayores de 40 años y con una edad promedio de 57 años, usaron acelerómetros para contar sus pasos durante cada semana. El número promedio de pasos que cada participante tomó cada día fue 9,124. Los investigadores recopilaron los datos entre 2003 y 2006 como parte de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
Más tarde, siguieron la evolución de los participantes durante los siguientes 10 años (hasta diciembre de 2015), en los que 1.165 de ellos murieron. Las principales causas de mortalidad en estos participantes fueron principalmente cáncer y enfermedades cardiovasculares.
La intensidad y la velocidad de los pasos no están relacionadas con la mortalidad.
Aunque descubrieron que existe un vínculo entre la cantidad de pasos por día y el riesgo de morir, los investigadores no encontró que la intensidad de los pasos o el número de pasos por minuto estuvieran asociados con el riesgo de mortalidad. Por lo tanto, este estudio muestra que un mayor número de pasos por día está asociado con un menor riesgo de mortalidad.
El objetivo de esta investigación fue describir las relaciones entre el número de pasos por día, la intensidad de los pasos por minuto y la relación que ambas actividades tienen en la mortalidad de los adultos.