Esta fruta te permite fortalecer el sistema inmunológico y evitar alergias y resfriados. Combate el acné, las cicatrices, las arrugas y las imperfecciones de la piel.
El kiwi es la baya de la deliciosa vid Actinidia. Es originaria de una gran zona de China, especialmente de los bosques del valle del río Yangtze.
Introducido en Nueva Zelanda en 1904, desde entonces se ha cultivado en muchas regiones templadas por su fruto comestible. Se caracteriza por tener una piel fina de color marrón verdoso y densamente cubierta de pelos castaños rígidos y cortos.
La pulpa, firme hasta que esté completamente madura, es de color verde brillante con pequeñas semillas negras dispuestas alrededor de un núcleo blanquecino. Destaca por su sabor bastante ácido.
Su forma y sabor lo hacen inconfundible, pero se desconocen más las cualidades y beneficios que aporta a quien lo consume; es antiinflamatorio y antialérgico. Normalizador de la presión arterial, se recomienda comer junto con alimentos ricos en potasio.
Apoya el sistema inmunológico
Evita los resfriados y eleva tus defensas, gracias a la gran cantidad de ácido fólico y vitamina C. Ambos nutrientes producen más glóbulos rojos y blancos, así como anticuerpos, que funcionan como barrera ante enfermedades provocadas por un virus.
También aumenta la absorción de hierro de lo que se consume, lo que acelera la recuperación de los pacientes con anemia.
Circulación óptima
El kiwi diluye la sangre, mejorando el estado de las arterias y previniendo la formación de trombos o coágulos en los vasos sanguíneos. También ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre. Además, esta fruta puede mejorar el desarrollo de los huesos y el funcionamiento de nervios, músculos y órganos.
Ayuda a la digestión
Es una fruta llena de fibra soluble, por lo que ayuda en la digestión y mejora el tránsito intestinal; es un gran aliado contra el estreñimiento. Si se consume en el desayuno, ayudará mucho más en este sentido.
Es muy digestivo y te permite descomponer las proteínas de los alimentos, además de evitar la indigestión, la gastritis y los gases. La presencia de estas proteínas permite combinar esta fruta con lácteos o gelatina.
Promueve el equilibrio alcalino
La gran acumulación de minerales que posee ayuda a paliar los efectos de los muchos alimentos ácidos que consumimos. Se reconocen los beneficios para la salud de tener un buen equilibrio entre ácidos y álcalis en el cuerpo. Entre otros, tiene más energía, menos riesgo de osteoporosis y artritis y menos resfriados.
Reduce el riesgo de degeneración macular.
Con la edad aumentan enormemente las posibilidades de padecer degeneración macular, una enfermedad que afecta a la retina. El kiw es la fruta que contiene los niveles más altos de luteína y zeaxatina, dos sustancias químicas que se encuentran naturalmente en el ojo humano.
La receta: Tiramisú de fresa y kiwi
Ingredientes:
400 g de queso crema
250 g de fresas
2 kiwis
4 huevos
100 g de azúcar
6 gofres para decorar
preparación:
Separamos las yemas de las claras y añadimos el azúcar y el queso a las yemas. Batimos todo hasta obtener una crema. Montamos las claras hasta el punto de nieve (empezamos a baja velocidad y subimos) y las incorporamos a la nata. Reservamos en la nevera. Cortamos las fresas en cuartos y los kiwis en rodajas.
Esparcir la mezcla de fresas y kiwis en el fondo de los 6 vasos y cubrir con una capa de crema. Agregamos una segunda capa igual. Dejamos en la nevera dos horas. Sirve decorando con fresas enteras y waffles.