Está presente en casi todas las mesas del mundo. La sal que generalmente agregamos a nuestros platos representa solo el 20% del total que comemos. El resto se consume a través de productos manipulados. El consumo recomendado es de 5 gramos, lo que equivale a una cucharada.
Beneficios
La sal ayuda a mejorar el sabor de los alimentos y, además, proporciona propiedades esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo.
Estimula el apetito
La sal contribuye a una buena y correcta digestión. Además, también favorece la eliminación rápida de líquidos, despertando la necesidad de energía en el cuerpo que está satisfecha con la comida.
Mantiene el nivel de líquido equilibrado
Ayuda al cuerpo a mantenerse hidratado. Si la cantidad de sal es excesiva, la sensación de sed aumentará y motivará el consumo de agua.
Apoya el sistema nervioso
El consumo adecuado es esencial para la relajación muscular y también para el buen funcionamiento de los impulsos del sistema nervioso.
Dañar
El exceso de sal es peligroso para la salud de los riñones, el corazón, el hígado y el sistema inmunológico.
Aumentar la presión arterial
La cantidad de sal que los riñones no eliminan se concentra en la sangre, causando un mayor volumen de sangre y, por lo tanto, más trabajo para el corazón.
Causa sobrepeso
Para perder peso, se recomienda una dieta baja en sal, ya que la sal estimula el apetito y el consumo de líquidos.
Tipos de sal
Sal yodada
Es el condimento más común en las mesas. Es principalmente cloruro de sodio y, debido a su manipulación, proporciona menos nutrientes y sabor.
Sal marina
Tiene más minerales que la sal común, además de un alto contenido de yodo beneficioso para el cuerpo. Por lo general, se usa para dar sabor a los alimentos.
Sal del Himalaya
Proviene de las montañas de Pakistán. Se considera una de las sales más saludables ya que no se trata con productos químicos.